Bacterias para Fertilizar el suelo
A pesar de su aparente hostilidad, el suelo es el hábitat de innumerables seres vivos. La mayorĂa de la biomasa viviente de nuestro planeta se alberga en el suelo.
En el suelo se pueden encontrar una enorme cantidad de organismos diferentes, de tamaño y funciones muy variable. Son fundamentales para el desarrollo de la vida en el planeta, jugando un papel relevante en la formación y estructuración del suelo y en la movilización de nutrientes. Se han de conocer, pues, los agentes que viven y trabajan en el suelo, saber cuáles son sus acciones en el biotopo suelo y cómo el hombre puede intervenir para mantener y acrecentar la fertilidad de los suelos cultivados utilizando a los organismos edáficos en su favor.
A escala microscópica se encuentran bacterias, algas, protozoos y hongos. Subiendo la escala de tamaños encontramos nemátodos, artrópodos de pequeño tamaño, gusanos, a los que siguen lombrices de tierra, moluscos y artrópodos. Muchos de ellos realizan su ciclo biológico completo en el suelo, mientras que otros sólo son habitantes ocasionales, o en determinada fases.
Bacterias y microorganismos en el suelo
El suelo es el hábitat ideal para el desarrollo de los microorganismos ya que su estructura constituye un entramado en el que pueden acomodarse tanto en el exterior como en el interior de los agregados. Pero para ello el suelo ha de tener una buena estructura donde el agua y el aire circulen con facilidad y se hallen en un equilibrio que permita el desarrollo de las colonias de microorganismos. La mayor concentraciĂłn de microorganismos se encuentra en la zona cercana a las raĂces en lo que se conoce como en nombre de rizosfera.
Rizosfera: el interés por un suelo fértil
El papel agronĂłmico de la rizosfera es muy considerable por su intervenciĂłn en:
La modificaciĂłn de la estructura del suelo.
Los microorganismos juegan un papel importantĂsimo en la agregaciĂłn de los suelos, sobre todo, en lo que se refiere a la secreciĂłn de substancias agregantes. Los hongos, por su micelio abundante, que forma una especie de red cohesionadora de las partĂculas del suelo, serĂan particularmente activos en este sentido.
La nutriciĂłn de las plantas (principalmente en el metabolismo del nitrĂłgeno y por la solubilizaciĂłn de elementos minerales).
La actividad de los grupos bacterianos mineralizadores (amonificadores) está muy aumentada en la rizosfera, siendo la mineralización del nitrógeno cuatro veces más activa en la rizosfera que en el suelo testigo, mientras que los grupos nitrificadores apenas se ven modificados. En la rizosfera, el metabolismo del nitrógeno se ve activado en todos sus eslabones, desde la fijación del nitrógeno atmosférico hasta la nitrificación, de modo que la planta se encuentra siempre en las mejores condiciones para extraer del suelo el nitrógeno que precisan.
El conjunto de la microflora tiene también una acción metabólica muy importante en relación con los elementos minerales; el carbonato cálcico y otros compuestos insolubles son solubilizados y el calcio y otros elementos puestos a disposición de las plantas.
SecreciĂłn de sustancias activadoras del crecimiento como las hormonas.
La salud de las plantas.
Por su control en las infecciones patĂłgenas. Los hongos parásitos son más virulentos cuando atacan raĂces estĂ©riles que cuando lo hacen a raĂces con rizosfera. Los mecanismos de control son muy complejos, pero se atribuye un papel relevante a los fenĂłmenos de secreciĂłn de sustancias antibiĂłticas por los microorganismos de la rizosfera.

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